Las pruebas de cómo el representante David Racero utilizó su puesto como congresista para enriquecerse y conseguir cuotas en el gobierno de Gustavo Petro se siguen acumulando. 

Imagen tomada de Facebook

En una nueva tanda de filtraciones, hoy El Tiempo publicó audios en los que Racero le da instrucciones a su conductor, contratado por el Congreso, para que haga mercado para un negocio de frutas y verduras que era de su propiedad. Además, Daniel Coronell, quien el domingo había hecho la denuncia inicial de que Racero les cobraba parte del sueldo a otros de los miembros de su Unidad de Trabajo Legislativo (UTL), sumó más evidencia de los pagos, que ahora comprometen a familiares de Racero.  

Las pruebas son muy comprometedoras. Son filtraciones de conversaciones que tuvo el expresidente de la Cámara de 37 años, una figura joven e influyente del Pacto Histórico, cercano al presidente Petro y al gobierno. 

Por qué importa

Racero habría construido una carrera política como una de las figuras renovadoras de la izquierda. El hijo de un militante del M-19 buscaba probarse como candidato presidencial en 2026, una aspiración que hoy queda maltrecha. 

Su bandera política principal desde que comenzó como representante en la lista de la Decencia, como llamó Petro a sus alfiles al Congreso en 2018, fue luchar contra los privilegios en la política y las formas clientelistas del poder. En 2021, Racero denunció al clan Aguilar, en Santander, por “cooptar” las instituciones de ese departamento. Y ese mismo año criticó al gobierno Duque por nombrar en embajadas a personas sin experiencia diplomática sólo por ser cercanas al Centro Democrático.

“Creo en la posibilidad de hacer política de forma diferente”, dice en su página el representante a la Cámara por Bogotá. La evidencia de lo que hacía detrás de las puertas de su oficina en el Congreso apunta a lo contrario. 

Como Olmedo López, el exdirector de la Unidad de Gestión de Riesgo (Ungrd) acusado de implementar un enorme esquema de corrupción desde el gobierno para comprar votos de congresistas, Racero es un petrista purasangre. Si bien puede haber incurrido en varios delitos, qué él ha pedido que se investiguen, la magnitud de sus pecados sería mucho menor. Una transacción de 5 millones por aquí, otra de 2 por allá, como supuestas comisiones, que él le cobraba a sus empleados, según las denuncias de Coronell. 

El caso está muy lejos de los cerca de 300 mil millones en contratos amañados de la Ungrd, o los 3 mil en efectivo que se pagaron, presuntamente, al senador Iván Name. Sin embargo, viene con un peso simbólico que se suma al lastre de la Ungrd. El de la figura joven que había denunciado los privilegios y las roscas de los políticos, que ahora pide puestos, usa a su conductor oficial de mensajero y cobra peaje al sueldo de sus subalternos. Un lastre más a la promesa de cambio del proyecto de izquierda que lidera Gustavo Petro.

Claves      

  • Las filtraciones que incriminan a Racero salieron de su propio teléfono. En Los Danieles, Coronell publicó la columna “Doble Racero”, donde muestra pantallazos de whatsapp de mensajes en los que el representante le cobra plata a una subalterna y le da instrucciones al conductor. Ambos son empleados de la UTL, que paga el Congreso a cada político elegido. Uno de los pagos que Racero solicita a su entonces empleada, Estefanía Montoya, le pide enviárselo a la cuenta de su tarjeta de crédito. Otro cobro lo divide con Yidis Gahona, también de su UTL, y quien había sido denunciado por acoso sexual dentro de la Colombia Humana. Otros dos cobros, sobre los cuales hay recibos como evidencia, van al hermano y al papá de Racero, quien se hizo conocer por denunciar a clanes políticos y los vínculos de sangre en la política tradicional.    
  • Racero también pide “mermelada”. En otro mensaje revelado por Coronell, Racero le escribe al hoy director del Sena, Jorge Londoño: “Tú me dirás en qué subdirección. ¿Crees viable que los puestos del Centro Democrático nos los den a nosotros en el Cesar, de OPS?” Londoño responde: “Claro que sí, pero déjale alguito a los verdes”
  • Racero responde pidiendo ser investigado. A Coronell le contesta inicialmente que con su empleada se prestaban plata. Luego, en un video titulado “Declaraciones a Colombia”, el congresista pide ser investigado por la Procuraduría, que abrió un proceso, y por la Corte Suprema, su juez en temas penales. En otro trino relacionado con su caso, publicó una foto del Código Penal con el artículo sobre el delito de “violación e interceptación de comunicaciones”, sugiriendo que la información publicada de su teléfono se sustrajo ilegalmente.
  • En el Congreso hace ruido. Además de redes y medios, el caso de Racero ya salió en puyas de congresistas críticos del gobierno y lo apartó del debate de la reforma laboral por una recusación relacionada con las denuncias. 
  • El Pacto y Petro guardan silencio. Luego de cuatro días de denuncias a cuentagotas, en el Pacto Histórico y desde Presidencia no ha habido pronunciamientos. 

Qué dicen los protagonistas 

  • La defensa de Racero: “Yo mismo pediré a la Procuraduría que inicie una investigación en torno a los mensajes que Daniel Coronell publica en el día de hoy. Todo debe esclarecerse para que no haya la más mínima duda sobre algún tipo de irregularidad o ilegalidad. Haré lo propio ante la Corte Suprema”. Y agregó: “En consecuencia, me abstendré de salir a medios para no afectar la investigación”. 

Lo que viene

  • Tanto la Procuraduría como la Corte Suprema abrieron investigaciones preliminares. Hay varios antecedentes de congresistas que han perdido sus puestos por cobros de parte del sueldo a miembros de la UTL.
  • El trámite del caso Racero en el Pacto Histórico aún no arranca. Con dos medios publicando filtraciones del celular del congresista, y las pruebas de posibles delitos acumulándose, el partido del presidente, y Petro mismo, tendrán que enfrentar los cuestionamientos por el escándalo que sacude a su alfil.  

Tomada de la Silla Vacia