Lujos en Estocolmo: las revelaciones que encendieron la polémica
La reciente publicación de un medio sueco desató una fuerte controversia en Colombia al exponer detalles sobre el estilo de vida de Verónica Alcocer, esposa del presidente Gustavo Petro, en Estocolmo. Según lo revelado, Alcocer reside en un exclusivo apartamento en el centro de la capital sueca, frecuenta restaurantes de alto nivel, asiste a fiestas privadas y comparte espacios con miembros de la élite europea. Estos elementos han despertado dudas públicas sobre el origen de los recursos que le permiten sostener este nivel de vida.
Para sectores críticos, las revelaciones no son simples anécdotas sociales, sino señales de posibles inconsistencias entre el rol formal de la primera dama y el costo de su presencia prolongada en Suecia. En el centro del debate permanece la misma pregunta: ¿cómo logra financiar estos gastos si asegura que no recibe salario ni viáticos oficiales del Estado?
Críticas políticas y cuestionamientos institucionales
Tras la publicación de la información, líderes políticos de la oposición reaccionaron con indignación, en especial porque Colombia concretó recientemente la compra de cazas militares al Gobierno sueco, una inversión millonaria que ha generado controversia. Para algunos sectores, la coincidencia entre esta negociación y la estancia lujosa de Alcocer en Suecia resulta, como mínimo, sospechosa.
A nivel institucional, la Procuraduría ya había pedido la suspensión de los gastos oficiales asociados a Alcocer, argumentando que ella no es servidora pública y, por lo tanto, no debe recibir recursos públicos destinados a funcionarios. La solicitud reflejó las tensiones entre el rol simbólico que se le ha otorgado a la primera dama y las estrictas normas que regulan el gasto estatal.
Este panorama ha abierto un debate más amplio sobre la figura de la primera dama en Colombia, su estatus jurídico y los límites que deben existir respecto al uso de recursos oficiales.
Defensa del Gobierno y reacciones desde la Casa de Nariño
Frente a las críticas, el presidente Gustavo Petro defendió públicamente a su esposa. Aseguró que Verónica Alcocer “no gasta un solo peso del erario” y afirmó que las acusaciones hacen parte de una ofensiva política en su contra. Para el mandatario, los cuestionamientos son un intento de desprestigiar a su familia y deslegitimar su gobierno.
Desde la Casa de Nariño también se ha insistido en que Alcocer cumple una labor social y protocolaria, lo que justificaría parte de su agenda y desplazamientos. Sin embargo, opositores señalan que su equipo de trabajo —incluyendo fotógrafos, maquilladores y asesores— representaría costos excesivos para el Estado, llegando incluso a superar los salarios de altos funcionarios.
La polémica por los gastos en Suecia reavivó el debate sobre transparencia, austeridad y responsabilidad en el uso de recursos públicos. Aunque la discusión continúa, es claro que el tema seguirá marcando la agenda política nacional en las próximas semanas.

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