Polémica en Miss Universe 2025: acusaciones, renuncias y crisis en Tailandia
Insultos públicos y salida en masa
El certamen Miss Universe 2025, que se desarrolla en Tailandia, quedó envuelto en una gran polémica luego de que el organizador local, Nawat Itsaragrisil, realizara comentarios ofensivos contra la concursante de México, Fátima Bosch, durante una ceremonia preparatoria transmitida en directo.
Según los reportes, Itsaragrisil acusó a Bosch de “no apoyar todo lo relacionado con Tailandia” y agregó despectivamente que “si sigues órdenes de tu director nacional, eres un tonto”.
La reacción fue inmediata. Bosch respondió asegurando que estaba en el concurso representando a su país y que “no era culpa suya si él tenía problemas con la organización”. Ante la tensión, el director tailandés llamó al personal de seguridad para expulsarla del lugar, lo que provocó la salida en señal de protesta de varias concursantes, incluida la actual Miss Universe, Victoria Kjær Theilvig.
El incidente, grabado y difundido ampliamente en redes sociales, generó indignación internacional y puso en evidencia la tensión interna del concurso, así como las preocupaciones sobre el trato y la dignidad de las participantes.
Controversias estructurales: derechos, patrocinios y poder
Más allá del conflicto con la representante mexicana, la edición de este año en Tailandia ha estado marcada por otros problemas que revelan una crisis más profunda en la organización.
Autoridades locales investigan la aparición de elementos publicitarios relacionados con apuestas y juegos de azar durante el evento, lo cual podría violar las leyes tailandesas.
Al mismo tiempo, surgió una disputa entre la franquicia local de Miss Universe Tailandia, dirigida por Itsaragrisil, y la sede global del certamen, la Miss Universe Organization, que acusó al organizador tailandés de promover actos y eventos no autorizados que vulnerarían derechos de marca y licencias internacionales.
La respuesta del presidente de la organización global, Raúl Rocha, fue tajante: aseguró que no permitirá comportamientos que atenten contra la dignidad de las concursantes ni actividades comerciales fuera de las normas establecidas. Además, anunció que se evaluará la permanencia de Itsaragrisil dentro del evento, abriendo la posibilidad de sanciones o la revocatoria de su vínculo con Miss Universe.
Estas disputas internas evidencian una pugna por el control del certamen entre los intereses comerciales locales y la estructura global del concurso, generando un clima de incertidumbre a pocos días de la gran final.
Impacto y reflexiones sobre la plataforma
El escándalo de Miss Universe 2025 trasciende el espectáculo. En primer lugar, pone en duda la coherencia del certamen como plataforma de empoderamiento femenino cuando sus propias participantes se sienten vulneradas o descalificadas públicamente. Fátima Bosch resumió el sentir de varias candidatas al afirmar: “Estamos aquí para ser una voz, y nadie tiene derecho a silenciarnos”.
Por otro lado, la decisión de varias concursantes de abandonar la ceremonia en solidaridad con Bosch marca un precedente importante: el concurso de belleza más reconocido del mundo enfrenta una transformación social donde las participantes ya no solo compiten por una corona, sino que exigen respeto, igualdad y transparencia.
La presión del público y de los patrocinadores ha sido fuerte, exigiendo una revisión profunda del manejo del evento y una disculpa formal a las candidatas afectadas. Mientras tanto, el comité internacional de Miss Universe busca contener el daño reputacional y garantizar que la final se desarrolle en un ambiente de respeto y equidad.
Para Tailandia, país anfitrión, la controversia también representa un desafío de imagen internacional. Lo que debía ser una vitrina de cultura y hospitalidad, se ha convertido en un reflejo de tensiones organizativas y culturales.
El desenlace de esta situación marcará un antes y un después en la historia del certamen. Si la organización asume con seriedad la crisis y toma medidas de fondo, Miss Universe podría reafirmarse como una plataforma de empoderamiento y respeto. De lo contrario, la edición 2025 quedará en la memoria como una de las más polémicas y divisivas de todos los tiempos.

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