Duna parte 1 película de ciencia ficción estrenada en 2021, es la adaptación del primer libro de la saga escrita por uno de los padres de la ciencia ficción, Frank Herbert, pero más allá del mundo ficticio pero perfectamente ensamblado, se nos narra el viaje del héroe de una forma muy clara y precisa, donde el heredero Paul del ducado Atreides, se convierte de un joven inocente y despreocupado con dotes mágicos heredados de su madre en el libertador de un pueblo colonizado y obligado a vivir en los recónditos lugares del mundo desértico de Arrakis, donde el agua es más preciada que cualquier otra cosa preciosa o de valor, solo por su valor en especie o mejor dicho por su valor al ser el único que posee lo esencial para los viajes espaciales y que permite el gobierno del emperador.
Este viaje resulta ser crónica de una muerte anunciada o mejor dicho de una tiranía anunciada, para los conocedores de la saga de libros es fácil entender y poder encontrar las similitudes entre el camino a convertirse en tirado de Paul y de Petro. Sí, nuestro presidente.
Es por esta razón que me permito encontrar 3 similitudes entre esta obra de arte de la ciencia ficción y la historia de Petro. La primera de todas y la más visible, es la necesidad de tener un “mesías”, parecía que desde por allá del año 2020 o incluso antes, se anunciaba como profecía, que Petro desde la alcaldía de Bogotá y pasando por el estallido social de 2021, era uno de los “elegido” para liberar el pueblo colombiano del neoliberalismo, modelo que ahora aplica. La segunda, son los “poderes” como el mesías de la película, Petro poseía el poder mayor de unir en las urnas al pueblo y representarlo adecuadamente, según sus seguidores y partido, cosa que le funcionó muy bien para ganarle a Rodolfo en segunda vuelta. Pero, la tercer similitud es la más enfermiza y dañina al día de hoy en nuestro país, el “hambre de Poder”, la enfermedad de convertirse en lo que juro nunca ser un “tirano”, aunque este último aspecto no se refleja en la pantalla a tanta profundidad como los hemos vivido en los últimos dos años en carne viva: la subida del ACPM, las cagadas en materia de ambiente, las mentiras de la matrícula cero y los paros de los gremios que se arrepintieron en apoyarlo como los maestros, en fin.
Al igual que todos esperamos Duna parte 3, donde se revela finalmente lo peor del héroe, los colombianos esperamos mucho más, que se acaben los dos años que faltan de mandato de un loco poeta orador de la ONU, que malgasta el dinero en viajes burocráticos y masajes para su esposa.
Columna de opinión de Estefany Arana