Selección Sub-17 Femenina de Colombia: orgullo nacional pese a la eliminación ante Japón en el Mundial de Marruecos 2025
La Selección Colombia Sub-17 Femenina cerró su participación en el Mundial de Marruecos 2025 tras caer frente a Japón en un intenso partido que marcó el final del sueño mundialista para esta nueva generación de jugadoras. Aunque el resultado dejó tristeza entre las futbolistas y los hinchas, el balance general es profundamente positivo: Colombia volvió a demostrar que es una potencia emergente del fútbol femenino juvenil.
Bajo la dirección técnica de Carlos Paniagua, la Tricolor llegó al torneo con grandes expectativas tras un proceso sólido y coherente que le permitió clasificar con autoridad desde el Sudamericano. En Marruecos, las jóvenes futbolistas mostraron entrega, talento y un compromiso que enorgullece al país, pese a no alcanzar las fases finales del campeonato.
Un proceso que deja huella
El camino de la Selección Sub-17 Femenina hasta el Mundial fue fruto de años de trabajo y planeación. El grupo, integrado por jugadoras de distintas regiones del país, consolidó un estilo de juego ofensivo, disciplinado y lleno de energía. Durante la fase de grupos, Colombia protagonizó partidos de alto nivel, destacándose por su orden táctico y su capacidad para generar peligro constante en el área rival.
Sin embargo, el compromiso ante Japón evidenció la experiencia y jerarquía del equipo asiático, una de las potencias históricas de la categoría. Las colombianas lucharon hasta el final, pero la efectividad nipona marcó la diferencia en un duelo cerrado y exigente.
Pese a la eliminación, el rendimiento del equipo deja un mensaje claro: el futuro del fútbol femenino colombiano está asegurado. Esta generación, heredera de la que fue subcampeona mundial en India 2022, mantiene viva la ilusión de seguir construyendo un camino de éxitos internacionales.

Orgullo y aprendizaje en Marruecos
Durante su estadía en Marruecos, la Selección Sub-17 fue ejemplo de profesionalismo y pasión. Cada jugadora representó con orgullo los colores del país, enfrentando a rivales de alto nivel y acumulando una experiencia que será clave en sus futuras carreras.
El cuerpo técnico resaltó la madurez del grupo, su capacidad de adaptación y el crecimiento individual de varias futbolistas que ya empiezan a despertar el interés de clubes internacionales. “Estas niñas han dejado el alma en la cancha y merecen todo el reconocimiento del país”, señaló el entrenador Paniagua tras el partido.
El Mundial sirvió además para medir el avance del proyecto femenino en Colombia. Más allá de los resultados, la presencia constante en torneos de esta magnitud evidencia un desarrollo sostenido en las categorías juveniles, gracias al fortalecimiento de ligas locales y al respaldo institucional de la Federación Colombiana de Fútbol.
El futuro sigue siendo prometedor
Aunque el sueño mundialista terminó antes de lo esperado, el balance es alentador. La Selección Sub-17 Femenina se despide de Marruecos con la cabeza en alto, sabiendo que cada paso dado en este proceso contribuye a fortalecer la estructura del fútbol femenino nacional.
Las imágenes de las jugadoras abrazadas al final del encuentro reflejan no solo la tristeza del momento, sino también la unión y el compromiso de un grupo que representa el esfuerzo y la esperanza de miles de niñas colombianas que sueñan con seguir sus pasos.
Ahora el reto será mantener la continuidad del proceso, darles más oportunidades en clubes profesionales y preparar la transición hacia la categoría Sub-20, donde muchas de ellas seguirán defendiendo el escudo nacional.
La eliminación ante Japón no borra lo conseguido: esta Selección deja una huella imborrable y un mensaje inspirador para el país. El fútbol femenino colombiano sigue creciendo, y estas jóvenes ya demostraron que el futuro está en sus manos.
Con dignidad, pasión y entrega, la Tricolor Sub-17 se despide del Mundial de Marruecos, pero no de su sueño de volver a conquistar el mundo.

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