Los entes de control en Colombia se han convertido en aparatos de bolsillo de quienes gobiernan. El expresidente Duque logró concentrar el poder y acabar con la independencia de la Fiscalía, Procuraduría, Defensoría del Pueblo y Contraloría. Estas entidades ya no se dedican a cumplir sus funciones constitucionales, sino a ejercer “sicariato judicial” contra opositores o a ser “chaleco antibalas de los amigos corruptos de los dueños del poder” como confesó el fiscal anticorrupción corrupto, Gustavo Moreno. Esta dinámica le entregó la Contraloría a Felipe Córdoba, quien será recordado porque en su administración se robaron al menos $500 mil millones de pesos del OCAD-PAZ con la participación de contralores delegados.

La Contraloría es la encargada de ejercer – o no- la investigación de todos los proyectos donde se invierten recursos públicos en el país y es una entidad de más de 3.000 puestos. Por eso, la puja de los partidos tradicionales y del presidente Gustavo Petro por embolsillársela ha marcado la agenda de las primeras semanas del nuevo Congreso. A pesar de que una abrumadora mayoría de partidos anunciaron la primera semana de agosto su apoyo a la candidatura de María Fernanda Rangel, favorita de Felipe Córdoba, a un día de la elección todos los partidos -excepto Cambio Radical- cambiaron su elección. ¿por qué?

Cualquiera pensaría que esto se debe a los múltiples cuestionamientos sobre Rangel: hay denuncias que vinculan su nombre en el expediente de la Corte Suprema de Justicia en el caso del corrupto Mario Castaño y tiene procesos penales abiertos de su labor en el Ministerio del Interior. Pero no. El peso que inclinó la balanza fue la intervención directa del Gobierno Petro a favor de Carlos Hernán Rodríguez.

A pesar de que este Gobierno se eligió con la bandera del cambio, hoy replica lo que tanto criticó de gobiernos anteriores. Rodríguez contará con los votos de los partidos Liberal, Conservador, La U, Centro Democrático, Mira y Verde. Estaremos ante la primera votación del nuevo Congreso en la que coincidirán desde el Pacto Histórico hasta el Centro Democrático.

Por Jenifer Pedraza, representante a la cámara por Bogotá