Cada día surgen nuevos y escalofriantes datos sobre el caso. El rapero se encuentra en el Centro de Detención Metroplitano, en Brooklyn, a la espera de un juicio que se convertirá en todo un espectáculo mediático
Imagen de wirestock en Freepik
Cuando Sean Combs, más conocido como Puff Daddy o P. Diddy, fue detenido el pasado mes de septiembre, nadie imaginaba que se iba a destapar el mayor escándalo sexual del mundo del ‘show business’, con cientos de implicados entre víctimas y colaboradores de lo que parece ser un entramado con ramificaciones en la industria del cine y la música, en el que se cimentaba el camino al éxito con relaciones sexuales, incluso con menores de edad, abuso de sustancias, chantajes con grabaciones de vídeo y relaciones profesionales que imitaban la estructura de la mafia.
En la mansión del rapero se encontraron mil botellas de aceite para niños, cientos de juguetes sexuales, 15 enormes camas e innumerables cintas y fotos en las que, al parecer, se refleja el lado más oscuro de sus famosas fiestas blancas, también conocidas como ‘Freaks Offs’, en las que no solo participaban los artistas más populares, también menores, profesionales de la prostitución y víctimas de ambos sexos que llegaban drogadas sin saber siquiera dónde estaban.
A Sean Combs le denunció primero su pareja, Casandra Ventura, por violación, agresión, incitación al consumo de drogas y otros delitos que finalmente retiró en el último momento. Pero no fue la única víctima. De hecho, tras ser acusado de tráfico sexual y trata, han empezado a lloverle las demandas por violación: hasta 120, incluyendo 25 menores. Ahora se encuentra en el Centro de Detención Metropolitano, en Brooklyn, el mismo donde estuvo Ghislaine Maxwell, a la espera de un juicio que se convertirá en todo un espectáculo mediático.
Pendientes de las investigaciones, parece que el artista habría desarrollado un perverso sistema: a quien buscaba el éxito le exigía relaciones sexuales, aunque eso solo era el primer paso, porque a continuación le hacía participar en las orgías que organizaba. Otras víctimas eran captadas directamente para los eventos. Mujeres y hombres, mayores de edad o menores, incluso de 9 años. A los famosos los invitaba a sus fiestas, ofreciéndoles la posibilidad de mantener relaciones sexuales con ellas, muchas drogadas con éxtasis y ketamina. Como todo quedaba grabado en secreto, las cintas se usaban para el posterior chantaje.
En la mansión del rapero se encontraron mil botellas de aceite para niños, cientos de juguetes sexuales, 15 enormes camas e innumerables cintas y fotos en las que, al parecer, se refleja el lado más oscuro de sus famosas fiestas blancas, también conocidas como ‘Freaks Offs’, en las que no solo participaban los artistas más populares, también menores, profesionales de la prostitución y víctimas de ambos sexos que llegaban drogadas sin saber siquiera dónde estaban.te recomendamos
- Enrique Tomás, el hombre que conquistó el mundo del jamónPilar Vidal
- Revelada la ocasión en la que Mohamed Al-Fayed se propasó con Lady DiRicardo Sanz
A Sean Combs le denunció primero su pareja, Casandra Ventura, por violación, agresión, incitación al consumo de drogas y otros delitos que finalmente retiró en el último momento. Pero no fue la única víctima. De hecho, tras ser acusado de tráfico sexual y trata, han empezado a lloverle las demandas por violación: hasta 120, incluyendo 25 menores. Ahora se encuentra en el Centro de Detención Metropolitano, en Brooklyn, el mismo donde estuvo Ghislaine Maxwell, a la espera de un juicio que se convertirá en todo un espectáculo mediático.
Pendientes de las investigaciones, parece que el artista habría desarrollado un perverso sistema: a quien buscaba el éxito le exigía relaciones sexuales, aunque eso solo era el primer paso, porque a continuación le hacía participar en las orgías que organizaba. Otras víctimas eran captadas directamente para los eventos. Mujeres y hombres, mayores de edad o menores, incluso de 9 años. A los famosos los invitaba a sus fiestas, ofreciéndoles la posibilidad de mantener relaciones sexuales con ellas, muchas drogadas con éxtasis y ketamina. Como todo quedaba grabado en secreto, las cintas se usaban para el posterior chantaje
Todo apunta a que Puff Daddy estaría buscando un acuerdo con la Fiscalía para reducir su condena a cambio de destapar a los implicados. Y aquí es donde comienza la pesadilla de las ‘celebrities’: las Kardashian han borrado todo rastro de esas fiestas en sus redes, Ashton Kutcher ha pedido disculpas por lo sucedido («Me siento engañado, traicionado y manipulado», recoge el ‘DailyMail’ de una fuente cercana)… Hollywood ha entrado en pánico (¿Quién no tiene una foto con Diddy?) y las redes son un torrente de rumores, montajes, teorías y vídeos antiguos que, de pronto, cobran otro significado: como el momento en que Bono rechaza el abrazo de Diddy al recoger su premio en los Globos de Oro o cuando Mike Tyson quita la mano que el rapero había apoyado en su pierna, y se aparta de él (ahora percibimos su incomodidad) durante una entrevista con Keenan Ivory Wayans. Las conspiraciones le relacionan incluso con el asesinato de Tupac Shakur y la muerte de Michael Jackson.
Como productor musical, Diddy fue responsable del éxito de cantantes como Usher o Justin Bieber. «En esa casa vi cosas bastante locas y salvajes», confesó Usher en ‘The Howard Stern Show’. Por entonces tenía 14 años. Circula por las redes un vídeo en el que Diddy y un jovencísimo Justin hablan de ‘hacer el salvaje’ aprovechando las 48 horas que tienen para estar juntos. Y solos. A Bieber, la relación le marcó tanto que le inspiró la letra de una canción, ‘Yummy’. Los rumores mencionan una grabación sexual que se habría vendido entre la red clientelar del rapero.
Entre los invitados más asiduos a las fiestas están Leonardo DiCaprio, considerado el número 1, Paris Hilton, Pamela Anderson, Mariah Carey, Owen Wilson, Megan Fox, Sarah-Jessica Parker, Matthew Broderick, Mark Wahlberg o Will Smith. Entre los supuestos cómplices destacan Jennifer López o Shakira. Aunque en esa la lista negra hay dos nombres que estos días han perdido millones de seguidores y que la cantante Jaguar Wright ha acusado de participar en esa red tráfico de niños y pedofilia durante el programa de Piers Morgan, y sobre la que dice hay decenas de testigos dispuestos a acusarles: Jay-Z y Beyoncé. ¿Serán los siguientes en ser acusados?
Durante años, todo el mundo sabía lo que pasaba, pero todos callaban. Solo el grupo Calle 13 no tuvo reparos en denunciarle a los cuatro vientos en la canción ‘Pi-di-di-di’: «Y al rato ese prieto me dijo que se llamaba Puff Daddy y que era el ‘sugar daddy’ de todos los ‘mack daddies’. Uno que deja a Jeffrey Epstein como mero aprendiz. Solo falta que no termine igual.
Tomado de ABC Gente