Megaoperativo en Río de Janeiro deja más de 60 muertos y 80 detenidos: narcos atacaron con drones a la policía
Río de Janeiro vivió una de las jornadas más violentas de los últimos años tras un megaoperativo policial contra el narcotráfico que dejó un saldo preliminar de más de 60 muertos, decenas de heridos y más de 80 personas detenidas. El enfrentamiento se desarrolló en las zonas norte de la ciudad, principalmente en los complejos de favelas de Alemão y Penha, bastiones del grupo criminal Comando Vermelho, una de las organizaciones más poderosas y violentas de Brasil.
Según las autoridades, más de 2.500 agentes de la Policía Civil y Militar participaron en la operación, que incluyó helicópteros, vehículos blindados y unidades de élite. Los delincuentes respondieron con una violencia sin precedentes, utilizando drones cargados con explosivos para atacar a las fuerzas de seguridad y bloquear el ingreso de los uniformados a los barrios dominados por el crimen organizado.
Una operación sin precedentes en Brasil
La operación, denominada “Contención”, fue planificada durante varios meses con el objetivo de desarticular las principales estructuras del Comando Vermelho, responsables de controlar el tráfico de drogas, armas y extorsiones en gran parte de Río.
Durante las primeras horas del operativo, las autoridades reportaron intensos enfrentamientos armados que se extendieron por más de diez horas. Los delincuentes utilizaron autobuses y camiones como barricadas para impedir el paso de las tropas, mientras las fuerzas especiales respondían con apoyo aéreo y terrestre.
El saldo provisional indica que entre las víctimas hay miembros de las bandas criminales, civiles y al menos cuatro policías, además de un número indeterminado de heridos. También fueron incautadas decenas de fusiles, municiones, drogas y drones empleados por los narcotraficantes para realizar ataques y labores de vigilancia.

“Narcoterrorismo”: el desafío de las autoridades
El gobernador del estado de Río de Janeiro, Cláudio Castro, calificó los hechos como un acto de “narcoterrorismo”, al señalar que el uso de drones con explosivos marca un nuevo nivel de amenaza contra el Estado. “Estamos ante un enemigo que se moderniza y que no duda en utilizar tecnología de guerra para intimidar a la población y desafiar la autoridad”, afirmó el mandatario.
Pese a la magnitud del operativo, las autoridades aseguran que se trató de una acción legítima para recuperar el control territorial y garantizar la seguridad de los habitantes. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos han expresado preocupación por la alta cifra de muertos y la posible afectación a civiles, pidiendo una investigación independiente sobre el desarrollo de la operación.
Ciudad en alerta y continuidad de los operativos
Río de Janeiro permanece en estado de alerta, con refuerzos policiales en puntos estratégicos ante posibles represalias de las bandas criminales. Varias escuelas suspendieron clases y el transporte público presentó interrupciones debido a los bloqueos y enfrentamientos.
El balance final del megaoperativo continúa en desarrollo, mientras las autoridades analizan el impacto del uso de tecnología avanzada por parte del crimen organizado. El gobierno federal no descarta extender las operaciones a otros estados donde el Comando Vermelho mantiene presencia activa.
Pese a la violencia, el operativo es considerado por las fuerzas de seguridad como un golpe estratégico al narcotráfico en Brasil, al revelar la magnitud del poder armamentista y tecnológico de las organizaciones criminales. La batalla librada en las favelas de Río de Janeiro deja una clara lección: el narcotráfico en el país ha evolucionado hacia una guerra tecnológica que desafía los límites tradicionales de la seguridad pública.

Generado con ayuda de la IA
 


