No le hablo por interés personal, sino por lo que representamos hoy los jóvenes y por nuestra propuesta. Porque esta candidatura y esta lista no nacen de una ambición, sino de una convicción profunda: la de que la juventud no puede seguir siendo espectadora de los problemas del país cuando tiene todo para ser parte de las soluciones.

Durante años hemos escuchado que los jóvenes somos el futuro. Pero el futuro siempre parece estar lejos, y mientras llega, el presente se nos escapa entre la apatía y la frustración. Hoy quiero hablarles, en nombre de la lista, al joven que siente que su voz no cuenta, al que se desencantó de la política, al que trabaja, estudia, sueña y lucha desde el anonimato. A ese joven le digo: su voz vale, y su voto también.

No bote el voto si cree que Popayán y el Cauca necesitan una generación con carácter; una que respete la experiencia, pero no tema desafiar la rutina. No bote el voto si piensa que la política no debe ser monopolio de unos pocos, sino un espacio abierto para quienes aman este territorio. No bote el voto si cree que el cambio empieza con la decencia, con la coherencia y con la esperanza activa, no con los discursos vacíos que se repiten cada cuatro años.

Vengo de una familia que ha servido al Cauca con dedicación y sin cálculos, y eso no es un peso: es una responsabilidad. Mi mamá, mis tíos, mis primos y mi abuelo entendieron que la política debía ser un instrumento de desarrollo, no de vanidad. Esa herencia me impulsa a creer que el servicio público no es una carrera, sino una vocación. Por eso hoy, como joven, asumo el reto de continuar ese legado, pero desde la mirada de una nueva generación que quiere transformar, no repetir.

Sé que la confianza está herida. Sé que muchos ven en la política un terreno árido, donde las promesas mueren rápido y los ideales se desgastan. Pero también sé que el país no cambia desde la queja, sino desde la acción. Y en esa acción, los jóvenes tenemos un papel que no se puede delegar. No basta con criticar desde las redes sociales: hay que dar el paso, participar, decidir y construir.

No bote el voto si cree que la política puede volver a tener sentido, si siente que es tiempo de que la juventud deje de pedir permiso para participar, si quiere ver una generación que hable menos de problemas y más de propósitos. No bote el voto, porque hoy hay una juventud dispuesta a representar con dignidad a quienes quieren un Cauca sin miedo, sin bloqueos, sin exclusión.

Este proyecto no es de un solo nombre: es de muchos sueños. Es la voz de quienes creen que se puede servir sin servirse, de quienes piensan que el respeto es la base de cualquier transformación, de quienes aún confían en que la palabra “política” puede volver a significar esperanza.

No vengo a prometer imposibles. Vengo a comprometerme con lo posible: escuchar, trabajar, unir y proponer. Vengo a decir que la juventud no es una etapa pasajera, sino una fuerza viva que puede cambiar la historia cuando se organiza y participa.

Por eso, cuando le diga “no bote el voto”, en realidad le estaré diciendo: crea en su generación, crea en su poder de decidir, crea que el Cauca puede ser distinto si lo hacemos juntos. Y no olvide votar este 19 de octubre en las elecciones de CMJ, para juntos construir un nuevo futuro.

Por: Juan Cristóbal Zambrano López