Contexto y situación de las colombianas detenidas en la flotilla humanitaria hacia Gaza

Recientemente se desató una fuerte controversia internacional tras la interceptación de la flotilla Global Sumud, una misión humanitaria compuesta por más de cuarenta barcos provenientes de distintos países, que pretendía llevar alimentos, medicinas y otros insumos esenciales a la Franja de Gaza. La flotilla había partido de puertos en Europa y el Mediterráneo, con voluntarios internacionales que buscaban desafiar lo que sus organizadores denuncian como un bloqueo naval impuesto por Israel sobre Gaza, en medio de una crisis humanitaria creciente.

Dentro del marco del conflicto entre Israel y Palestina, Gaza ha padecido largos períodos de aislamiento, bombardeos, escasez de bienes básicos y un sistema de salud colapsado. Organizaciones de derechos humanos han denunciado las consecuencias humanitarias de estas medidas, advirtiendo sobre riesgo de hambruna, enfermedades por agua insalubre y falta de atención médica adecuada. En este contexto, la Global Sumud Flotilla surgió como una iniciativa internacional para visibilizar la crisis y aliviar, aunque sea parcialmente, el sufrimiento de la población gazatí.

Quiénes son las colombianas detenidas

Entre los voluntarios se encontraban dos ciudadanas colombianas: Manuela Bedoya y Luna Barreto. Manuela Bedoya ha estado vinculada con iniciativas sociales y humanitarias, mientras que Luna Barreto, de 24 años y residente en Jordania, también es reconocida por su compromiso con causas sociales. Ambas formaban parte de la delegación colombiana que viajaba en la embarcación llamada HIO, uno de los barcos de la flotilla.

Momento de la detención

La detención ocurrió en la noche del 30 de septiembre de 2025, cuando embarcaciones de la Marina israelí interceptaron la flotilla. En particular, el barco HIO, con Manuela Bedoya y Luna Barreto a bordo, fue rodeado por buques militares cuando navegaba en aguas internacionales, aproximadamente a 150 millas náuticas de la Franja de Gaza. Otras fuentes aseguran que la interceptación ocurrió a menos de 90 millas del destino, cuando aún no habían ingresado en aguas territoriales de Israel.

Las autoridades israelíes rodearon varias embarcaciones de la flotilla. Los organizadores denunciaron que la acción constituye una violación del derecho internacional, pues estaba destinada a detener una misión pacífica y legal de ayuda humanitaria. Para los defensores de la flotilla, lo ocurrido equivale a un “secuestro” en alta mar, lo que refuerza la polémica en torno a la legalidad de la operación.

Reacciones oficiales y diplomáticas

La situación generó respuestas inmediatas en Colombia. El presidente Gustavo Petro calificó lo sucedido como un posible crimen internacional si se confirma que la detención se produjo en aguas internacionales, y anunció la expulsión de la delegación diplomática de Israel en Bogotá. Por su parte, la Cancillería exigió la liberación inmediata de las connacionales y pidió cooperación internacional para esclarecer los hechos y garantizar su seguridad. Israel confirmó la interceptación de barcos de la flotilla y señaló que los pasajeros serían trasladados a un puerto israelí para su verificación y posterior trámite.

Situación actual y desafíos legales

Hasta el momento, las autoridades colombianas aseguran que no hay comunicación clara y permanente con las dos mujeres, lo que aumenta la incertidumbre sobre su estado de salud, condiciones de detención o posibles cargos. En el plano internacional, surgen interrogantes sobre el respeto al derecho marítimo y humanitario, así como sobre el trato a civiles voluntarios en misiones de ayuda. La definición de la jurisdicción en la que ocurrió la captura —aguas internacionales o zona bajo control israelí— será clave para determinar si se trató de una violación de soberanía o de normas internacionales.

JERUSALÉN, 02/10/2025.- El Ministerio de Exteriores israelí anunció este jueves que algunos de los activistas de la Global Sumud Flotilla arrestados, entre ellos Greta Thunberg, están «seguros y en buen estado de salud» y siendo trasladados «de manera segura» a territorio israelí, donde «comenzarán los procedimientos de deportación a Europa». EFE/ Ministerio de Exteriores israelí // SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)

Conclusión

El caso de Manuela Bedoya y Luna Barreto se enmarca en un momento crítico del conflicto israelí-palestino, en el que la comunidad internacional clama por vías seguras de asistencia humanitaria. La interceptación de la flotilla y su repercusión diplomática subrayan, por un lado, la gravedad de la crisis en Gaza y, por otro, las tensiones que despierta la aplicación del derecho internacional cuando se involucran acciones estatales, voluntarios internacionales y misiones de ayuda en zonas de conflicto.

Mientras tanto, las incertidumbres —sobre el paradero exacto de las detenidas, su situación legal y las condiciones en que se encuentran— persisten. Estos vacíos motivan la movilización social, la presión diplomática y los pedidos de transparencia que hoy se repiten en medios, organizaciones de derechos humanos y gobiernos que han reaccionado con preocupación y exigencias de respeto a la vida y la dignidad de las personas retenidas.

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