¿Por qué Colombia está perdiendo el Amazonas?
En los últimos años, Colombia ha enfrentado un alarmante repunte en la deforestación de su zona amazónica, revirtiendo logros recientes en la protección de los bosques. Las causas son múltiples y están profundamente entrelazadas, desde la expansión de actividades ilícitas hasta la debilidad institucional.
1. Ganadería extensiva y apropiación ilegal de tierras
La conversión de bosques en pastizales para ganado es uno de los principales motores de deforestación. Aunque solo una pequeña fracción del territorio amazónico es realmente apta para esta actividad, algunos actores locales utilizan la ganadería como estrategia para “legalizar” la posesión de tierras, argumentando su uso productivo. En pocos años, se han deforestado millones de hectáreas en la Amazonía colombiana con fines ganaderos, lo que ha transformado ecosistemas enteros y reducido la biodiversidad.
2. Cultivos ilícitos, principalmente coca
Los cultivos ilegales de coca continúan siendo una causa central en la pérdida de bosque. Grandes extensiones son taladas para la siembra de esta planta, especialmente en departamentos como Putumayo, Caquetá y Guaviare. Incluso en parques nacionales y territorios indígenas se han registrado quemas controladas para abrir espacio a estos cultivos, lo que no solo destruye la selva sino que pone en riesgo áreas protegidas de gran valor ecológico.
3. Infraestructura no regulada: vías ilegales
La construcción de caminos clandestinos ha abierto el Amazonas a actividades destructivas como la ganadería, la tala y la minería ilegal. Estos caminos permiten el acceso a zonas remotas que antes eran prácticamente inaccesibles, acelerando la deforestación. En un período reciente de seis meses se documentaron más de mil kilómetros de vías irregulares atravesando reservas y parques naturales, incluyendo áreas cercanas al Parque Nacional Chiribiquete.
4. Minería ilegal y explotación de recursos
La extracción de minerales y petróleo, tanto legal como ilegal, es otro de los grandes impulsores de la pérdida forestal. La minería a gran y pequeña escala provoca la destrucción del suelo, contamina las fuentes hídricas y deja zonas extensas sin capacidad de regeneración. Además, la apertura de áreas para estas actividades conlleva la construcción de infraestructura que facilita nuevas invasiones y la expansión de la frontera agrícola.
5. Grupos armados y control territorial
El Acuerdo de Paz de 2016, aunque supuso una reducción de la violencia en algunas zonas, dejó un vacío de autoridad en territorios donde antes había presencia de las FARC. Esto facilitó que grupos disidentes, narcotraficantes y redes ilegales tomaran control de la región. En algunos casos, estas organizaciones han fomentado la tala indiscriminada como mecanismo para ampliar su influencia o financiar sus operaciones. La ausencia de control estatal efectivo ha permitido que la apropiación ilegal de tierras se convierta en una actividad frecuente.
6. Incendios forestales y cambio climático
La sequía prolongada y el aumento de las temperaturas, intensificados por el cambio climático, han incrementado la frecuencia y gravedad de los incendios forestales en la Amazonía colombiana. En 2024, el país perdió más de 113 mil hectáreas de bosque, un aumento de más del 40 % en comparación con el año anterior, siendo el Amazonas la región más afectada. Estos incendios, en muchos casos provocados para despejar tierras, generan daños irreversibles en ecosistemas que tardarían décadas en recuperarse.
Un panorama crítico
En tan solo medio año, Colombia perdió un área de bosque mayor que la ciudad de Nueva York, principalmente debido a la apertura de caminos ilegales, el avance de los cultivos ilícitos y la minería no regulada. Aunque en algunos meses de 2025 se observó una leve disminución en el ritmo de deforestación, las causas estructurales permanecen intactas.

Conclusión
Colombia está perdiendo su porción amazónica por una combinación de factores que incluyen la ganadería extensiva, los cultivos ilícitos, la minería, la proliferación de vías ilegales, la presencia de grupos armados y los efectos del cambio climático. Esta pérdida no es solo un problema ambiental local, sino una amenaza global, ya que el Amazonas es un regulador climático crucial para el planeta.
Sin una intervención estatal contundente, con presencia real en el territorio, coordinación internacional y alternativas económicas sostenibles para las comunidades, la deforestación seguirá avanzando. Proteger el Amazonas colombiano es proteger la vida, el clima y el futuro de millones de personas.
Generado con IA